viernes, 6 de abril de 2018

Pasado, presente y futuro del Derecho Ambiental

En la tarde del jueves 5 de abril disfrutamos con la intervención del Catedrático de Derecho Administrativo por la Universidad de La Coruña, D. Francisco Javier Sanz, especialista en Derecho Ambiental y Director del Observatorio del Litoral de dicha universidad.

La conferencia, bajo el título "Pasado, presente y futuro del Derecho Ambiental", comenzó con un repaso a la problemática ambiental de las últimas décadas y el cuestionamiento de las posibles vías para resolverla, de entre las cuales puede destacarse el Derecho Ambiental. Según el ponente, esta disciplina podría definirse básicamente como un conjunto de normas jurídicas que pretenden la protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales.

Aunque se podría decir que este tipo de normas vienen aplicándose desde hace siglos, Sanz resaltó figuras como Thoreau (a partir de la obra “Walden”) o John Muir (como pionero en la lucha por la protección de espacios naturales en USA). En sus inicios, predominaban normas de conservación de un estado prístino de los espacios, para pasar después a introducir otros fundamentos en el Derecho Ambiental, como el de mejora y restauración (revertir a estados anteriores, depuración de aguas y suelos…) y el de la utilización racional de los recursos.

En su opinión, algunos factores determinantes del desarrollo del Derecho Ambiental actual han sido: los descubrimientos científicos, las catástrofes naturales, los movimientos ecologistas, la sensibilización ciudadana general, el desarrollo tecnológico y el conocimiento de los efectos globales de la acción del ser humano, entre otros.

Sanz afirmó que en el futuro habrá un Estado Ecológico de Derecho (o Estado Ambiental de Derecho), o no habrá nada, porque el medio ambiente debe introducirse aún más en todas las políticas y sectores, de forma verdaderamente transversal e integral, cosa que aún no se da, y que para ello hace falta un consenso mundial.

El acercamiento a este consenso puede observarse en la propia evolución histórica del Derecho Ambiental. Desde una primera etapa “prehistórica” hasta el Derecho Romano, pasando por etapas más recientes antes y después de la Segunda Guerra Mundial; hasta la etapa actual, que podría denominarse la “Era Ecológica del Derecho”, la cual podría datarse a partir de la Cumbre de Estocolmo sobre Desarrollo Humano en 1972, a la que seguiría Río de Janeiro en 1992 como otro gran hito. Recientemente, desde el acuerdo de París de 2015, también el Derecho se está centrando en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, con objeto de integrar las dimensiones ecológica, económica y social.


En el presente, Sanz comentó que tenemos un Derecho Ambiental híper desarrollado, incluso más de lo que es posible aplicar. Así, todo está regulado hasta el más mínimo detalle, pero muchas veces no se aplica o las posibilidades técnicas y económicas restringen mucho su aplicación.

Sin embargo, el ponente quiso destacar que la mayor finalidad del Derecho Ambiental no es la represión o sanción. En primer lugar, está la prevención (normas y procedimientos que eviten daños futuros, como por ejemplo la Evaluación de Impacto Ambiental). También destacó el principio de precaución o cautela (cuando no hay certeza de los posibles efectos adversos, como en el caso de las ondas electromagnéticas de los móviles, o en el caso de los transgénicos). Otro principio es el de corrección en la fuente (como la eliminación de plásticos, cuyas micropartículas se han encontrado ya en todas partes del mundo). Y a todo ello habría que sumar el ya conocido de “quien contamina, paga”, pero principalmente referido a desincentivar actividades que –aunque legales– producen impactos ambientales.

Respecto al futuro, el ponente se mostró optimista frente a los distintos escenarios posibles, rechazando así distopías apocalípticas, en pro de ecotopías donde el respeto y la conservación del medio ambiente estén perfectamente integrados en todos los ámbitos de nuestra vida: el urbanismo sostenible y las infraestructuras verdes, los huertos urbanos, la economía circular, una alimentación más basada en el Slow Food, una mayor responsabilidad ambiental de las empresas, etcétera., donde además el Derecho Ambiental tendrá así mismo un importante papel, menos sancionador, y más preventivo y pedagógico.

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