La ponente comenzó su intervención repasando las aportaciones de algunos pioneros de los movimientos de conservación de la naturaleza, destacando las conexiones con el ecofeminismo actual, entre ellos: Piotr Kropotkin, Murray Bookchin o Ynestra King, quien según Garzón desarrolló las ideas de Bookchin en sentido feminista, por ejemplo en su artículo de 1987 titulado “What Is Ecofeminism?”. En segundo lugar, también repasó algunas de las corrientes del feminismo que sentaron algunas bases del ecofeminismo de hoy día, como el sufragismo. Entre las pioneras del Ecofeminismo a nivel internacional, destacó el papel de Rachel Carson y de Petra Kelly, y a nivel nacional, el de Alicia Puleo.
En la siguiente parte de la charla, la ponente expuso las características básicas del Ecofeminismo, como es la consideración de la existencia de una relación entre la explotación de la naturaleza y la opresión histórica de la mujer. Según expresó, el sistema patriarcal está detrás de ambas, tanto en los trabajos no remunerados que ha venido realizando la mujer, como respecto de los bienes que produce la naturaleza, dado que en ambos casos se produce una apropiación sin el debido reconocimiento. Esto tiene su origen en una errónea dualidad que enfrentaba la mente al cuerpo y la cultura a la naturaleza, considerando siempre superiores a los primeros. Del mismo modo, históricamente se consideró superior al hombre sobre la mujer, dado que a aquel se le identificaba con la parte racional, y a ésta con la parte física o emocional. En este sentido, resaltó los vínculos entre la ecología social y el ecofeminismo, dado que ambas corrientes comparten una doble preocupación: la degradación ambiental y la injusticia social.
Sin embargo, apuntó así mismo la existencia de diferencias entre distintas facciones dentro del Ecofeminismo. Por un lado se encuentra la corriente Esencialista y, por otro, la Constructivista. Básicamente, la primera se refiere a la predeterminación existente para la mujer desde su nacimiento, que le confiere un carácter de ‘diferente’ frente al hombre. La segunda corriente resume su ideario en el lema “no se nace mujer, se hace mujer”. Ello conlleva diferentes propuestas para encarar la crisis ambiental. Así, mientras desde el Esencialismo se parte de la reconocida diferencia para argumentar la lucha frente al patriarcado como solución a la crisis ambiental, desde el Constructivismo Ecofeminista se considera que no sólo la mujer debe liderar el movimiento en pro de la conservación ambiental, sino que todos –hombres y mujeres– deben involucrarse por igual.
Finalmente, Garzón planteó ciertas consideraciones acerca del ecofeminismo actual, destacando el trabajo que se está haciendo para lograr pactos de ‘no agresión’ (o pactos de ayuda mutua) entre el Feminismo, el Ecologismo y el Animalismo. Reconoce que no siempre es fácil, puesto que existen muchas diferencias, por ejemplo entre los ecologistas y los animalistas, pero en su opinión es importante que el Ecofeminismo tienda puentes y busque consensos entre estos movimientos sociales, de forma que se avance satisfactoriamente hacia la resolución de los problemas sociales y ambientales que les son comunes.
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