Vivimos en una sociedad en la que la moralidad vigente establece una frontera radical entre los seres humanos y los demás animales, considerando de forma común que sólo los humanos deben ser respetados. En esta conferencia, el profesor Óscar Horta ha defendido que tal posición carece de argumentos de peso que la sostengan, exponiendo una serie de razones que llevan a rechazar tanto que los seres humanos sean los únicos seres moralmente considerables como que los animales de otras especies sean simplemente una parte del ambiente que los rodea.
Yendo un paso más allá, el ponente ha expuesto además que tampoco tenemos razones realmente justificadas para considerar que los intereses de los seres humanos sean más importantes que los de los demás animales, tal y como viene siendo defendido desde el llamado “especismo” (entendido como la discriminación de quienes no pertenecen a una cierta especie).
Óscar Horta ha defendido también que los animales no humanos no pueden ser simplemente considerados como una parte del entorno, sino individuos que, como nosotros, tienen la capacidad de sufrir y disfrutar, y además en al menos el mismo grado que los humanos ya que lo contrario, en uno u otro sentido, no ha sido demostrado.
Desde la perspectiva de la defensa de los animales ha desarrollado argumentos que desafían ciertos planteamientos defendidos desde la ética medioambiental: ya sea desde el biocentrismo, el holismo o el “naturocentrismo”, aludiendo a que no respetan estrictamente los intereses de los animales. Ha cuestionado la intervención humana en determinados ecosistemas que favorecen la supervivencia de unas especies frente a otras. Tomándonos en serio la consideración moral de los animales, ¿por qué deberíamos cuestionar la supervivencia de la ardilla gris a favor de la ardilla roja en determinados ecosistemas donde aquellas son consideradas especies invasoras desde una perspectiva ambiental?
El profesor Óscar Horta ha concluido que debemos considerar moralmente de modo pleno a los animales no humanos, por lo que no deberíamos seguir aceptando su uso como recursos, y se ha mostrado a favor de aquellas intervenciones en la naturaleza que tengan como fin paliar o eliminar algunos de los daños de los que son víctimas hoy en día los animales no humanos.
(Por Susana Martínez Sánchez, 11/03/2016)