jueves, 14 de diciembre de 2017

Seminario sobre el impacto ambiental de los productos alimentarios

El pasado 12 de diciembre tuvo lugar el Seminario científico-técnico sobre ‘Indicadores de impactos ambientales de los productos de consumo alimentario’, co-organizado por el Observatorio del Agua de la Fundación Botín y la Cátedra de Ética Ambiental “Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno - Universidad de Alcalá”, en el que se contó con la asistencia de una veintena de expertos de diversos ámbitos relacionados con los sectores ambiental y alimentario. El objetivo principal de esta jornada era analizar los distintos estudios sobre los impactos ambientales de los productos alimentarios, fundamentalmente su alcance, resultados y metodologías, con la perspectiva de facilitar mayor información al consumidor.

La presentación del seminario corrió a cargo de Alberto Garrido, Catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y Director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, y de Emilio Chuvieco, Catedrático de la Universidad de Alcalá y Director de la Cátedra de Ética Ambiental “Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno”.

Seguidamente, el profesor Chuvieco presentó su ponencia marco “Dimensiones del consumo responsable”, que a su juicio se basan principalmente en dos: el convencimiento personal para realizar este consumo y la información necesaria para poder llevarlo a cabo con acierto. Comenzó destacando la falta de coherencia y de compromiso con la conservación ambiental que en general tiene la población y que se manifiesta también a través del consumo. Para revertir esta tendencia, insistió en la necesidad de sistemas de transparencia ecológica, así como una mayor información sobre los productos que se producen y se ponen a la venta.

A continuación, Maite M. Aldaya y Alejandro de Blas presentaron la sesión “Estudios sobre usos y consumos de agua (huella hídrica) de productos alimentarios”. En ella mostraron los resultados de distintos casos de estudio realizados sobre el uso del agua y la huella hídrica de los alimentos y bebidas, en el marco de lo establecido por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Posteriormente, mostraron los resultados de otros estudios presentados por la Fundación Botín acerca de las diferencias en el impacto sobre la huella hídrica entre la dieta mediterránea y otras, como por ejemplo la que recomienda el departamento correspondiente en los Estados Unidos. En último lugar, mostraron las conclusiones de un estudio sobre el desperdicio equivalente en agua que se produce en los hogares de nuestro país a través de los restos de alimentos y bebidas que se arrojan a la basura.

Tras el café se desarrolló la sesión “Estudios de huella de Carbono”. En primer lugar, Rubén López, Director de Solid Forest S.L., expuso una introducción a los conceptos de Análisis de Ciclo de Vida, Desempeño Ambiental de Productos y Organizaciones, Huella Ambiental, Huella de Carbono, Huella Hídrica y Huella Ecológica, entre otros. Centrándose después en la Huella de Carbono, comentó las normativas reguladoras a nivel europeo y las principales metodologías para el cálculo. Finalmente, presentó los resultados preliminares de un proyecto piloto que se está desarrollando desde la Cátedra de Ética Ambiental sobre etiquetado de huella de carbono de productos alimentarios. Mario Burgui, investigador de la citada cátedra, continuó explicando la situación actual en la que se encuentra el proyecto, una vez inventariados los datos de huella de carbono de los productos seleccionados. Así, los siguientes pasos consistirán en la selección del modelo de etiqueta más adecuado y la evaluación de la percepción de la población sobre la misma, a partir de estudios con consumidores.

La siguiente sesión consistió en una serie de intervenciones breves por parte del sector productor, industrial, distribuidor y representantes de consumidores, seguida de un debate. En primer lugar intervino Nuria Arribas, de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), quien comentó las principales actividades desarrolladas desde su organización en materia de sostenibilidad medioambiental dentro del sector alimentario. Tomó la palabra después Isabel Coderch, especialista en restauración sostenible quien comentó las acciones que se pueden llevar a cabo para minimizar los impactos ambientales de los productos utilizados en el sector de la restauración, poniendo como ejemplo acciones desarrolladas desde su compañía “Te lo sirvo Verde”.


Acto seguido, Alex Fernández Poulussen, Director Regional de Good Stuff International, presentó la actividad que su consultora ha desarrollado en materia de custodia del agua dentro del proyecto Alliance for Water Stewardship (AWS), cuyos principales objetivos son promover el uso del agua: 1) Responsable con el medio ambiente, 2) Socialmente equitativo y 3) Económicamente beneficioso.

Sebastién Guery, miembro de la Sustainable Agriculture Initiative (SAI) Platform, intervino con la ponencia “¿Cómo hacer para que los indicadores de impacto ambiental de los productos de consumo alimentario permitan un cambio real en el proceso de producción?”, en la cual mostró el trabajo realizado en el Proyecto FERDoñanana (Fomento de la Eficiencia en el Riego), centrado en el uso sostenible del agua en la producción de frutos rojos en el entorno del emblemático parque nacional.

Más tarde, Susana Rivera, Técnica del Dpto. Servicios, Calidad e Innovación de Cooperativas Agro-alimentarias de España, comentó la estructura, misión y objetivos de su organización, así como las acciones de mejora que están desarrollando de cara a lograr la sostenibilidad ambiental del sector agropecuario, como por ejemplo: el "Pacto por una economía circular", la lucha contra el desperdicio alimentario, proyectos para el aprovechamiento integral de residuos e iniciativas de cadena corta, entre otras.

La última intervención fue presentada por Arturo Angulo, representante de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en España, bajo el título “Impactos del consumo alimentario en el marco de la Agenda 2030”. El ponente analizó los últimos datos publicados por su organización, según los cuales actualmente se producen alimentos suficientes para alimentar a toda la población mundial, pero más de 800 millones de personas tienen desnutrición y 2000 millones importantes carencias nutricionales, debido fundamentalmente a que desperdiciamos 1/3 de lo producido.

Tras el almuerzo tuvo lugar un debate en el que salieron cuestiones como la confusión que existe en los medios de comunicación sobre los ingredientes de los alimentos y sus posibles aspectos beneficiosos o perjudiciales, así como su tendencia cambiante a lo largo del tiempo. Se destacó también cómo han cambiado en poco tiempo nuestros hábitos alimentarios.

Así mismo, se discutió cómo promover el consumo responsable a través, entre otros, de la ambientalización de los pliegos de los concursos de la restauración en el sector público (mediante la exigencia de un % de productos ecológicos, locales o con baja huella de carbono, etc.). En este sentido, se comentó la necesidad de unas políticas preventivas por parte de la administración, que podrán reportar beneficios globales a largo plazo.

Respecto a la viabilidad del etiquetado de huella ambiental de productos alimentarios en España, se trataron las dificultades existentes actualmente, en su mayoría por falta de consenso a nivel internacional y nacional. Sin embargo, sí se considera que sería útil para el ciudadano de a pie, de cara a promover el consumo responsable. Si bien una dificultad añadida sería cómo certificar este etiquetado y por parte de quién, ya que las declaraciones de huella de producto independientes sin una homologación equiparable y homogeneizada no tienen mucha validez, y pueden provocar agravios entre empresas. A este respecto, en el debate se concluyó que, aun siendo importante la comunicación de la huella ambiental de un producto, lo verdaderamente importante es que ese cálculo lleve detrás un plan de mejora continua para reducirlo.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Seminario "Turismo Comunitario y Desarrollo Local"

En la mañana del 30 de noviembre contamos con la participación del Profesor Edson Vicente Da Silva dentro del Ciclo de Seminarios Sobre Ética Ambiental. En su conferencia, titulada “Turismo comunitario y desarrollo local”, el ponente analizó los pros y contras de los desarrollos turísticos que se producen en zonas aisladas con comunidades indígenas.

Comenzó repasando los datos que muestran la creciente importancia del turismo como motor económico a nivel mundial, aunque matizó que en muchas ocasiones la mayoría de los ingresos van a parar a manos de unos pocos, uno de los puntos que tratan de evitar en el Laboratorio de Geoecología del Paisaje y Planificación Ambiental (LAGEPLAN) el cual dirige, dentro del Departamento de Geografía de la Universidad Federal de Ceará (Brasil).


También realizó un recorrido por la gran diversidad etnias, culturas y atractivos que tiene su país de cara al aprovechamiento turístico. Una riqueza que hay que conservar a toda costa. En su opinión, la clave es facilitar la participación e involucrar desde el principio a las comunidades locales. Para que el plan de desarrollo turístico sea un éxito, la población local debe participar en la toma de decisiones desde el principio y durante todo el proceso de redacción y ejecución del plan.

En muchas ocasiones, son las propias comunidades las que acuden a fuentes externas en busca de una forma de obtener ingresos. Sin embargo, les debe apoyar para que puedan rentabilizar sus recursos. Por ejemplo, facilitando que los productos que se vendan a los turistas sean producidos por las comunidades locales.

Otro aspecto clave son los impactos ambientales y socioculturales que el turismo mal gestionado puede provocar. Da Silva expuso ejemplos de cómo las influencias externas en algunos casos, además de ingresos, llevaron a las comunidades indígenas drogas, alcohol, prostitución, pérdida de los valores tradicionales, etc.

Así mismo, se deben minimizar los impactos ambientales que las construcciones e infraestructuras turísticas puedan provocar, persiguiendo la integración paisajística y arquitectónica, y evitando modelos homogéneos importados de otros lugares.

Por su parte, las etnias locales (por ejemplo, los Quilombolas, con quienes su grupo trabaja), poseen un acervo cultural muy rico, que incluye además prácticas tradicionales de conservación ambiental. Todo ello debe ser tomado en consideración e integrado en los planes de desarrollo turístico, junto con los conocimientos científico-técnicos, que aporta la universidad y el gobierno. En su opinión, ni unos ni otros por separado bastan. Debe haber un enriquecimiento mutuo y una cooperación constante.

Respecto a la conservación ambiental, tal como a veces se entiende en Occidente, matizó que –junto con el turismo mal gestionado y la propia presión inmobiliaria debida al crecimiento de las ciudades- ha sido en ocasiones causa de conflictos con las etnias locales, por ejemplo al declararse zonas protegidas o parques nacionales áreas que eran territorio ancestral de comunidades indígenas.

Tras la charla, finalizamos con un turno de preguntas y debate en el que los alumnos y profesores de Turismo y ADE manifestaron sus inquietudes y comentaron otros ejemplos similares a los vistos en la conferencia en los que se trata de conseguir un turismo más sostenible social y ambientalmente.