El pasado 20 de diciembre tuvimos la ocasión de escuchar a
Cristina Contreras, del Programa Zofnass para Infraestructuras Sostenibles
(Universidad de Harvard), cuya misión es desarrollar y promover métodos,
procesos y herramientas que cuantifiquen la sostenibilidad de proyectos de
construcción de cualquier tipo de infraestructuras. Su objetivo es facilitar soluciones
sostenibles para proyectos y ampliar el conocimiento acerca de lo que debe ser la
infraestructura sostenible.
En primer lugar, la ponente deliberó sobre lo que se
entiende por “infraestructura” y la importancia económica, social y ambiental
que tiene este campo, principalmente en países en desarrollo con una tasa
constructiva acelerada. Destacó que actualmente, de forma general, la
construcción de infraestructuras no es sostenible y que, para tender hacia un
escenario mejor, habría que invertir el doble de capital público a lo largo de
los próximos 15 años.
Desde el Programa Zofnass, a través del Sistema Envision, evalúan
la calidad de proyectos y realizan propuestas para mejorar el grado de
sostenibilidad de los mismos a través de cinco categorías: Calidad de Vida,
Liderazgo, Localización de Recursos, Medio Natural, Clima y Riesgo.
El programa trabaja en estrecha relación con diversas
instituciones internacionales de primer nivel. Desde la Universidad de Harvard
se aporta la parte académica de los estudios y la certificación de la
sostenibilidad de las infraestructuras es llevada a cabo por el Institute For
Sustainable Infraestructure de los Estados Unidos de forma similar a otras
formas de certificación por categorías (bronce, plata, oro y platino), en
función del porcentaje de mejora que el proyecto aporta sobre lo que la normativa
vigente en cada caso exige de forma obligatoria.
La ponente indicó que, en su opinión, se debe trabajar para
que los proyectos de construcción y las infraestructuras estén al servicio de
la gente, y no al revés. En este sentido, es muy importante tener en cuenta no
sólo el impacto ambiental, sino también el social y el económico, así como una
serie de cuestiones estratégicas antes de acometer una obra, de forma que la
población local no se vea afectada de forma negativa.
Por último, presentó la iniciativa Infrastructure 360º, que
premia la sostenibilidad de los proyectos en las cinco categorías mencionadas y
también a nivel global, como forma de incentivar una competencia positiva en
aras de mejorar. En esta iniciativa también se analizan los factores que pueden
influir en la mayor o menor sostenibilidad de los proyectos: presupuesto
aportado, fuentes de financiación, nivel de desarrollo humano (HDI Index) de la
zona donde se ejecuta, etc.