lunes, 8 de julio de 2019

Curso de verano sobre contemplación de la naturaleza.

La edición 2019 del curso de verano organizado anualmente por la cátedra de ética ambiental llevó por título “Contemplación de la naturaleza. Implicaciones éticas” y tuvo lugar en la Sierra de Guadarrama.

DÍA 24 DE JUNIO

Tras la recepción de los alumnos en el alojamiento donde también tendrían lugar algunas de las sesiones teóricas, y el anuncio de cuestiones prácticas y de organización referentes fundamentalmente a las caminatas previstas, a media mañana dio comienzo la primera sesión, consistente en una ronda de presentaciones de los asistentes, breves relatos de experiencias previas similares y manifestación de sus expectativas respecto a este curso.

El director de la Cátedra de Ética Ambiental, Prof. Emilio Chuvieco, tomó entonces la palabra en una sesión introductoria sobre la trayectoria y objetivos de la cátedra, actividades realizadas hasta la fecha y proyectos actualmente en desarrollo.


La siguiente sesión, conducida en primer lugar por Josep Maria Mallarach, incluía unas nociones introductorias a la contemplación en la naturaleza. El ponente indicó cómo ésta facilita la meditación sin técnicas imprescindibles, y cómo siempre ha estado ligada a la espiritualidad. No en vano, muchos de los denominados santuarios naturales más importantes y mejor conservados se encuentran precisamente en santuarios espirituales. En su opinión, contemplar es algo primordial, innato al ser humano (y en la infancia, espontáneo). Sin embargo, hoy en día el mundo tecnológico, lleno de ruidos y estrés, no ayuda o más bien dificulta la contemplación.

A este respecto, Carlos de Prada apuntó cómo parece que somos nosotros los que nos estamos adaptando a la tecnología (y no al revés), convirtiendo nuestra civilización en una máquina sin alma. Frente a esto, sin embargo, se puede apostar por contemplar la verdad, la realidad, lejos de lo virtual que parece predominar actualmente. Esta contemplación nos lleva a darnos cuenta de que estamos unidos a la Tierra, que no somos entes aislados. Nos ayuda a re-naturalizarnos.


Tras el almuerzo tuvo lugar la primera de las sesiones prácticas. En primer lugar, Carlos de Prada realizó una breve caracterización físico-geográfica y ecosistémica del entorno, así como de los principales impactos antrópicos que ha sufrido. Se mencionaron algunas de las especies vegetales y animales predominantes. El objetivo de esta caracterización, al igual que sucedería en las sesiones prácticas posteriores, es conocer de forma “racional” la información más importante sobre lo que nos rodea, para después dejarla de lado en las actividades contemplativas, en cuyo transcurso el fin es ir más allá del conocimiento o la reflexión racional.


Así pues, a continuación comenzó el paseo contemplativo, el cual se desarrolló a lo largo del Camino Schmidt. Para ello, J. M. Mallarach dio una serie de indicaciones y técnicas básicas para aquellos que lo hacían por primera vez. Y de este modo, los participantes comenzaron a caminar en silencio, separados por una distancia prudencial, siguiendo las instrucciones de los orientadores. Posteriormente, Beatriz Calvo, condujo una sesión de meditación guiada, despertando nuestros sentidos con los sonidos del bosque.


Tras la meditación, se retomó el camino de vuelta hasta el inicio de la senda Schmidt y el grupo se dirigió hasta otra parte de la sierra donde se podría disfrutar de una magnífica puesta de sol. Tras una caracterización del lugar y una ligera pausa para cenar, tuvo lugar la última sesión del día, a través de la contemplación del atardecer.


DÍA 25

El segundo día del curso comenzó con una sesión de ejercicios de Chi-kung al amanecer, conducida por Beatriz Calvo, como preparación del cuerpo y la mente para las actividades de contemplación de la jornada. Tras el desayuno, el grupo se dirigió al Pico de Cotos, desde donde ascendería realizando un nuevo paseo contemplativo. Como estaba estipulado, Carlos de Prada ofreció una caracterización físico-geográfica y ecosistémica del lugar y J. M. Mallarach recordó las técnicas fundamentales para evitar distracciones y centrarse en la contemplación.


El grupo ascendió hacia la Hoya de la Laguna Grande de Peñalara, siguiendo el mismo esquema del día anterior y disfrutando de unos magníficos paisajes. En las cercanías de la Hoya hubo tiempo para una sesión de lectura de poemas, a cargo de Carlos de Prada, relacionados con la contemplación y conservación de la naturaleza.


Posteriormente, se continuó el ascenso hacia el Refugio Zabala, donde hubo una pausa para un breve descanso, seguido de unos momentos de contemplación del paisaje y unas palabras por parte de los coordinadores. Reiniciada la marcha, el grupo acometió el descenso por una ruta diferente, para dirigirse a la zona del Pingarrón.


Junto al arroyo, se realizó la pausa para el almuerzo con la necesaria distensión de los participantes, para posteriormente continuar con una nueva sesión de meditación a través de los sonidos del agua. Seguidamente, el grupo se dirigió hacia un claro cercano más elevado, donde Beatriz Calvo pidió que cada uno caminase en silencio y buscase un elemento del entorno que le llamase la atención.


Una vez que el grupo se reunió de nuevo, solicitó a los asistentes que colocasen el elemento seleccionado en el centro de un círculo, indicando una palabra al mismo tiempo. En la segunda ronda, hubo una larga reflexión acerca de los elementos y las palabras seleccionados por cada uno, en relación con lo que habían aprendido y experimentado gracias a las sesiones llevadas a cabo hasta ese momento.

A la vuelta y tras la cena, tuvo lugar la última sesión del día, dedicada a la escucha contemplativa de canciones corales de distintas escuelas monásticas.


DÍA 26

El último día del curso comenzó con una puesta en común y una meditación guiada por Beatriz Calvo antes del desayuno. Seguidamente, el grupo se dirigió de nuevo hacia el Camino Schmidt, del cual se recorrió un fragmento similar al del primer día, con objeto de evaluar los cambios experimentados desde entonces por los participantes respecto a la facilidad de inmersión en la contemplación de la naturaleza.


Sin embargo, para la penúltima sesión, el grupo se desvió hacia un agradable claro separado de las sendas más transitadas, donde nuevamente hubo espacio para la lectura de poemas relacionados con la temática así como un tiempo de meditación y relajación en silencio.


A la vuelta, tuvo lugar la sesión final de recapitulación de lo aprendido, donde los participantes pudieron expresar sus experiencias y sentimientos respecto al desarrollo del curso, antes de tomar la foto de grupo frente al alojamiento.


viernes, 19 de abril de 2019

Cambios en ética de la conservación en las grandes organizaciones internacionales

El jueves 11 de abril disfrutamos de la conferencia "Aportaciones recientes a la ética ambiental desde las grandes organizaciones conservacionistas internacionales", impartida por el Dr. Josep Maria Mallarach, miembro de las Comisiones de Áreas Protegidas y de Políticas Ambientales de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y también de la Comisión de Ética de la Xarxa de Conservació de la Natura de Cataluña.

La conferencia se centró en los cambios y aportaciones que se han producido en los últimos 30 años en dos de las organizaciones más influyentes respecto a la conservación de la naturaleza a nivel internacional: la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), específicamente en su programa de Patrimonio Mundial.

El ponente comenzó enmarcando su conferencia con relación a los presupuestos de la propia Cátedra de Ética Ambiental, los cuales, según indicó, apuntan en primer lugar que los problemas ambientales han sido frecuentemente abordados de forma compartimentada obviando importantes sectores de la sociedad y aspectos relevantes de la condición humana. Estos enfoques reduccionistas no facilitan una consideración integral del medio ambiente y los acuciantes problemas que actualmente tienen una dimensión planetaria y multidisciplinar, y por tanto requieren una reflexión profunda sobre la verdadera relación del hombre con la naturaleza, que debe hacerse desde múltiples perspectivas.

Como apunte previo, Mallarach explicó que la ética de la conservación trata del comportamiento en relación con los recursos (cómo se distribuyen, aprovechan o protegen) y cuya principal misión es ayudar a mantener la salud e integridad de la Tierra. Puede considerar variedad de motivaciones –a veces incluso antagónicas–, desde las más utilitaristas hasta las más intrínsecas, desde las científicas a las espirituales.

El ponente continuó explicando el contexto en el que comenzaron a producirse los cambios en los valores que regían las políticas de conservación de estos organismos a nivel internacional. Si bien ya los años 70 del pasado siglo acogieron iniciativas interesantes, a su juicio el punto de inflexión se produjo en la cumbre de Río de Janeiro de 1992. Uno de los aspectos que propició este cambio de mentalidad es que en las últimas décadas del siglo veinte la humanidad superó por primera vez la biocapacidad planetaria (y posteriormente de forma creciente, en un “progreso hacia la insostenibilidad”). Por otro lado, se postula una crítica de los fundamentos ideológicos que sustentan este tipo de progreso destructivo: el materialismo, el positivismo, la tecnocracia, el capitalismo, etc. Se critica así mismo la epistemología de la ciencia occidental para aclarar sus límites y discutir a partir de donde la ciencia no es suficiente para explicar o resolver los problemas ambientales. Y se resaltan los valores y conocimientos de culturas tradicionales, a menudo denostados. Todo esto en relación con las amenazas globales y su crecimiento exponencial, lo cual plantea un debate sobre la manera en que se había planteado la conservación de la naturaleza hasta entonces (pequeños espacios, especies) que no resultaba suficiente. Entonces hay todo un cuestionamiento de fondo de los enfoques dominantes, tratando de dar respuesta a estos problemas globales.

En los años noventa, poco después de la Cumbre de la Tierra, un equipo de antropólogos del Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (UNEP) impulsó una revisión global de los valores culturales y espirituales que motivaban la conservación de la naturaleza, documentando en una extensa publicación la evidencia de que la inmensa mayoría de seres humanos conservan la naturaleza por motivos que nos son utilitaristas o económicos, sino por valores culturales y espirituales. Este trabajo además puso en valor los conocimientos tradicionales que sustentan la conservación de algunos de los ecosistemas más resilientes del mundo y sus sistemas de gobernanza.

Respecto a los cambios sufridos en la primera de las organizaciones a tratar y una de las más influyentes, la UICN, el ponente comenzó analizando críticamente su origen y composición, constituida en occidente, con tres lenguas oficiales occidentales, con un predominio de dirigentes occidentales (sobre todo anglosajones durante unos cincuenta años) y que hasta el siglo XXI vetó a los indígenas en sus congresos mundiales. Precisamente, el punto de inflexión más importante se produjo en el Congreso Mundial de Áreas Protegidas de Durban (Sudáfrica) 2003, donde participaron por primera vez representantes indígenas (unos 600). En primer lugar, estos representantes denunciaron el atropello de que eran víctimas a consecuencia de las políticas de conservación de la naturaleza en muchos países de África, América o Asia, como por ejemplo expulsiones de sus tierras y deportaciones. Y cuestionaron los presupuestos de dichas políticas de conservación, con base colonialista. En segundo lugar, presentaron alternativas a dichas políticas, lo cual propició que en el congreso se adoptaran una serie de recomendaciones, como por ejemplo: dentro de los programas de gestión ambiental, dar una atención equilibrada a todo el espectro de valores materiales, culturales y espirituales; implementar campañas para promover el respeto por los valores culturales y espirituales, y en particular, los sitios sagrados; apoyar los esfuerzos de las comunidades locales para mantener sus valores culturales y espirituales; revisar los planes de manejo existentes para dar mayor atención a los valores culturales y espirituales; y promover el diálogo y la resolución intercultural de conflictos.


Éstas y otras recomendaciones impulsaron una serie de desarrollos en sucesivos congresos y asambleas generales de UICN, con la redefinición de muchos elementos clave (como “área protegida” y sus tipos de categorías), nuevas guías de buenas prácticas, estrategias y programas, así como sucesivas resoluciones relacionadas en los años posteriores. Otro de los efectos fue la creación de varios Grupos Especialistas en Valores Culturales y Espirituales de las Áreas Protegidas. En el ejemplo concreto de la definición de “área protegida”, supuso que este tipo de espacios no tuvieran que proteger únicamente la naturaleza, sino también los valores culturales asociados a ella. En 2008 se incluyó además el concepto de "gobernanza" respecto al manejo de las áreas protegidas, ampliándose así el espectro de actores sociales con capacidad de decisión.

En el caso de UNESCO, organización con orígenes, lenguas y predominio también occidentales, dentro de su Programa de Patrimonio Mundial, el ponente repasó en primer lugar la cronología del establecimiento de algunas figuras de protección, como las de Patrimonio Mundial Natural, Cultural y Mixto, destacando las dificultades para integrar la dimensión natural y cultural como un mal crónico de nuestra sociedad occidental a partir del empeño en separar la naturaleza y la cultura. Algo que influye por ejemplo en la evaluación que se hace de ambas dimensiones en los Sitios Patrimonio Mundial, ejecutada por separado por grupos independientes.

Mallarach resaltó como un hito la adopción del Patrimonio Cultural Inmaterial en 2003, que incluiría lenguas, conocimientos y saberes, etc; algo muy positivo al ampliar la protección desde las dimensiones tangibles a las intangibles.

Muchos Sitios Patrimonio Mundial, ya sean naturales, culturales o mixtos se sitúan en lugares que han sido considerados desde hace siglos o incluso milenios como lugares sagrados. Pero en muy pocos casos se reconoce. De hecho, este programa de la UNESCO evitó hasta 2010 utilizar el término “religión”. Esto cambió en 2010 a partir de un simposio en Kiev, en el cual se reconoce el Patrimonio de la Humanidad de Interés Religioso y el papel de las comunidades religiosas en su gobernanza y su gestión.

En síntesis y según el ponente, en el marco de la ética de la conservación se ha pasado de unas valoraciones científicas y materialistas a unas valoraciones más holísticas, en las que se tiene en cuenta la ciencia pero también otros valores; reconociendo la necesidad de ampliar el diálogo con otras cosmologías y la colaboración con distintos tipos de organizaciones culturales y religiosas, además de las propiamente dedicadas a la conservación de la naturaleza; y se ha comenzado a dar el valor que corresponde a los saberes y prácticas tradicionales de las comunidades que de forma tan resiliente habitan estos lugares, tomándolos en consideración junto con la ciencia actual para promover la conservación.

miércoles, 13 de marzo de 2019

Ecofeminismo y Ecología Social

El martes 12 de marzo contamos con Dina Garzón Pacheco en los Seminarios Sobre Ética Ambiental, quien presentó su ponencia "Ecofeminismo y Ecología Social: los pactos de ayuda mutua". Ingeniera Técnica y Master en Gestión Ambiental, Dina Garzón ha trabajado en la Agencia de la Energía de Andalucía y ha sido asistente parlamentaria de Los Verdes en el Parlamento Europeo. Es promotora de la cooperativa Mujeres Con Energía de plantas solares participadas, y también coordinadora de la Red Ecofeminista, asociación con el objetivo de difundir el Ecofeminismo crítico en la sociedad.

La ponente comenzó su intervención repasando las aportaciones de algunos pioneros de los movimientos de conservación de la naturaleza, destacando las conexiones con el ecofeminismo actual, entre ellos: Piotr Kropotkin, Murray Bookchin o Ynestra King, quien según Garzón desarrolló las ideas de Bookchin en sentido feminista, por ejemplo en su artículo de 1987 titulado “What Is Ecofeminism?”. En segundo lugar, también repasó algunas de las corrientes del feminismo que sentaron algunas bases del ecofeminismo de hoy día, como el sufragismo. Entre las pioneras del Ecofeminismo a nivel internacional, destacó el papel de Rachel Carson y de Petra Kelly, y a nivel nacional, el de Alicia Puleo.

En la siguiente parte de la charla, la ponente expuso las características básicas del Ecofeminismo, como es la consideración de la existencia de una relación entre la explotación de la naturaleza y la opresión histórica de la mujer. Según expresó, el sistema patriarcal está detrás de ambas, tanto en los trabajos no remunerados que ha venido realizando la mujer, como respecto de los bienes que produce la naturaleza, dado que en ambos casos se produce una apropiación sin el debido reconocimiento. Esto tiene su origen en una errónea dualidad que enfrentaba la mente al cuerpo y la cultura a la naturaleza, considerando siempre superiores a los primeros. Del mismo modo, históricamente se consideró superior al hombre sobre la mujer, dado que a aquel se le identificaba con la parte racional, y a ésta con la parte física o emocional. En este sentido, resaltó los vínculos entre la ecología social y el ecofeminismo, dado que ambas corrientes comparten una doble preocupación: la degradación ambiental y la injusticia social.


Sin embargo, apuntó así mismo la existencia de diferencias entre distintas facciones dentro del Ecofeminismo. Por un lado se encuentra la corriente Esencialista y, por otro, la Constructivista. Básicamente, la primera se refiere a la predeterminación existente para la mujer desde su nacimiento, que le confiere un carácter de ‘diferente’ frente al hombre. La segunda corriente resume su ideario en el lema “no se nace mujer, se hace mujer”. Ello conlleva diferentes propuestas para encarar la crisis ambiental. Así, mientras desde el Esencialismo se parte de la reconocida diferencia para argumentar la lucha frente al patriarcado como solución a la crisis ambiental, desde el Constructivismo Ecofeminista se considera que no sólo la mujer debe liderar el movimiento en pro de la conservación ambiental, sino que todos –hombres y mujeres– deben involucrarse por igual.

Finalmente, Garzón planteó ciertas consideraciones acerca del ecofeminismo actual, destacando el trabajo que se está haciendo para lograr pactos de ‘no agresión’ (o pactos de ayuda mutua) entre el Feminismo, el Ecologismo y el Animalismo. Reconoce que no siempre es fácil, puesto que existen muchas diferencias, por ejemplo entre los ecologistas y los animalistas, pero en su opinión es importante que el Ecofeminismo tienda puentes y busque consensos entre estos movimientos sociales, de forma que se avance satisfactoriamente hacia la resolución de los problemas sociales y ambientales que les son comunes.

martes, 26 de febrero de 2019

Why do we need more geoethics in research?

Ethics is becoming more and more a hot topic in the discussion about natural resources management and climate change. At the same time, there is an increasing awareness about the complexity, irreversibility and uncertainty in the Earth-Man relation and how feed-back loops impact on the geosphere and, in turn generate geological risks on human activities. In fact, Impact-Risk is a kind of action-reaction loop although the detail of how this exactly works is at the core of Complex Human and Nature Systems (CHANS).

The approach to puzzle out these issues strongly relies on technology and science. Complex models and ineffective cost solutions do not seem to be enough to solve the problems. We live in troubled days under a technocratic and scientism fallacy believing science and technology can or at least may solve many, if not all, of the problems created by the Anthropocene. However, more and more voices point to "the environmental crisis is fundamentally a crisis of values" (Nasr, 1997).

I believe science and technology, and so the research that make them possible, need to be core grounded in ethics in order to feed a value-based approach to current and future challenges. This is not about realizing the magnitude of the problem we are facing in terms of keeping geosphere stability for human evolution (Galleni & Scalfari, 2005). However, breaking the existing technopoly (Postdam, 1993) inertia and understanding the problem from a values point of view is key if we want to survive in and with dignity in this world.

Research in general and specifically in geosciences when related to natural resources management and governance has not been doing so well in helping to do so. Frequently, research methods are very "extractive". We use surveys and sometimes we rely on historical data, however, rarely does research go back to people to cross check and share results in a truly participatory way. Furthermore, raw data are only occasionally available to the citizens and "analysis, result discussions and conclusion" are cryptic in order to preserve the elite mind. We should make a strong effort to make research more transparent and available to people so results can be discussed and challenged, even when this means we need to move away from our "comfort zone" and realize we are not as smart as we thought we are. In addition, researchers have a moral duty; we cannot only inform and reflect about environmental impacts and risks because those affect moral agents.

We are all pushed to think and to blindly "believe" in science and technology as this sustains the current technopoly paradigm of development but when global issues affect us all it could be an interesting approach to see how our daily relations with other beings (Earth included) stand on ethical behavior. Thus, scientific knowledge doesn't dictate behavior but science needs to be "unsecularized" from the dogma and, rather, to approach Ethics. Knowledge is not only set in our physical brain and mind structures but transcends into the spiritual perceptions that shape our daily behavior. Behavior doesn't sit on rational-bounded knowledge but on moral values, beliefs and natural instincts that determine the why of our actions. It is an ethical duty of geosciences to look at Ethics. "It is also to be hoped that it will contribute to highlighting profound dimensions and forgotten languages of the human element that the predominantly scientific-technical civilization tends to repress and hide" (Velasco, 2007).

Geosciences research needs to be reactive. It is not enough to apply scientific methods, draw hypotheses, analyze data and report results (scientific methodologies are not value-neutral). There is no added value doing so if the end does not improve people’s lives and safeguard the Earth. Research cannot be passive when looking at socio-environmental problems that involve integrity, recognition and redistribution issues in natural resources management. Research needs to be brave and stand up, and needs to be politically and ethically engaged, but mainly committed. Should sound scientific reports be dropped on a table without the ethical need to accompany the decision-making process? And what is the role of advising and counseling from a pedagogical and social learning point of view?

Academia is not and cannot be an "untouched" sanctuary but an open learning forum where issues are debatable and debated and where we should challenge others to challenge us. In these days where the big word "Democracy" is in everybody's mind and mouth, I think making academia more democratic and research more ethical is a good starter in the view of the pressing challenges the Earth and Man are facing together.

BY FRANCESC BELLAUBI (TUESDAY, FEBRUARY 19th, 2019)

External links:

https://iapgeoethics.blogspot.com/2019/02/why-do-we-need-more-geoethics-in.html

https://iapgeoethics.blogspot.com/2018/11/teaching-geoethics-as-form-of-eco.html


References

Galleni L. and Scalfari F. (2005). Teilhard de Chardin’s Engagement with the Relationship between Science and Theology in Light of Discussions about Environmental Ethics. Ecotheology, 10(2), pp. 196-214.

Nasr S.H. (1997). Man and nature. Chicago: ABC International Group, Inc.

Postman N. (1993). Technopoly: the Surrender of Culture to Technology. New York: Vintage Books.

Velasco J.M. (2007). Introducción a la fenomenología de la religión (Estructuras y Procesos, Religión). 7th edn. Madrid: Editorial Trotta, S.A.


viernes, 8 de febrero de 2019

Ética e integridad en la gestión del agua

El pasado 7 de febrero intervino en los Seminarios Sobre Ética Ambiental el consultor Dr. Francesc Bellaubi con la conferencia "Ética e integridad en la gestión del agua", en la cual presentó dos casos reales de África y Sudamérica.

El ponente comenzó analizando las principales causas que propugnan la corrupción en los distintos actores sociales que participan en un proyecto o en la gestión de un servicio, utilizando para ello uno de sus trabajos realizados en África. Entre ellas, la más obvia es la búsqueda de un lucro ilícito, aunque hay otras, como la desigual distribución de recursos o servicios (entre ellos, el propio abastecimiento de agua), la cual propugna el deseo de acumulación o aprovechamiento excesivos del mismo cuando se tiene oportunidad de acceso a él. Otro de los factores es el nepotismo instalado tanto en el sector público como en el privado y, por último, la propia "cultura" establecida en algunos países o regiones, por la que las personas están habituadas a cometer actos ilegales en su día a día que les permiten ahorrarse costes, impuestos o conseguir un beneficio que de otra forma no conseguirían.

Bellaubi mostró ejemplos en los que se estudiaba la integridad en la gestión de recursos/servicios como función de tres factores: Transparencia, rendición de cuentas (Accountability) y Participación Pública (agrupados en las sigas TAP). Se trata de elementos o principios que pueden ayudar a entender qué partes de un sistema son más vulnerables a la corrupción. Teniendo en cuenta estos elementos, se pueden estudiar las relaciones entre los distintos actores sociales (gobierno, usuarios, reguladores, proveedores...) y elaborar un mapa de riesgos de integridad, mediante el que se analizan las transacciones, provisión de servicios, mecanismos de coordinación entre actores, etc.

Posteriormente, se ponderan cuantitativamente puntos clave como la Eficiencia Técnica, Eficiencia Financiera, Eficiencia en la Gestión, Acceso a la Información, etc.; con objeto de identificar las relaciones entre agentes donde se detecta un mayor riesgo de pérdida de integridad. En otras palabras, mayor riesgo de corrupción.


En este punto, se pueden realizar propuestas que minimicen el mencionado riesgo, como por ejemplo: Acciones Colectivas (TAP), Iniciativas de la Sociedad Civil, Plataformas de Aprendizaje, etc.

En la segunda parte de la ponencia, Bellaubi presentó un caso real acontecido en Bolivia para analizar puntos clave para la ética ambiental. Por ejemplo, los conflictos que se producen cuando desde las administraciones se gestiona el agua vista como 'mero recurso' desde una perspectiva tecnocéntrica, frente a una población que desde una visión ecocéntrica considera que el agua tiene un valor intrínseco, que procede de la Pachamama. A este respecto, el ponente resaltó la importancia de la toma de decisiones por consenso, y no por mayorías, en temas tan delicados como el acceso al agua entendido como derecho universal.

Finalmente, el invitado reflexionó sobre los modelos multi-agentes utilizados en muchos procesos de toma de decisiones, como en los casos presentados. En su opinión, estos modelos son útiles desde un punto de vista analítico, pero no se puede esperar que provean una solución por sí mismos. A su juicio, detrás de las decisiones siempre hay valores de fondo, los cuales se deben considerar y sobre los que se debe dialogar para llegar a acuerdos comunes. En suma, según su punto de vista, en dilemas o conflictos como los presentados, la clave está en los valores, más que en los números.